Durante este mes como familia unámonos a la invitación que nos hace el Papa Francisco, juntos fortalezcamos el acompañamiento de las parejas que se encuentran en crisis (cf. AL 232 ss.) para sostener y formar una actitud resiliente que les lleve a ver las dificultades como oportunidades, para crecer en el amor y hacerse más fuertes logrando así, seguir por el camino de la reconciliación encontrando el vino nuevo de su amor.
En este mes, viviendo en cada comunidad parroquial y en cada familia los retos familiares de la Misión Es-Posible, reconoceremos la importancia del perdón, consagraremos nuestras familias a San José, entre otras actividades con las que ayudaremos a seguir en el camino de crecimiento en la fe y fortalecimiento del amor en la familia y en la pareja.